La Himenoplastia y la Cirugía Genital, consultas cada vez más habituales.
En nuestras consultas de ginecología, cada vez es más habitual que las pacientes consulten sobre estética genital: quieran solucionar problemas que les impiden desarrollar una vida sexual plena o que les acomplejan. La cirugía genital está cada vez más demandada “porque la sociedad se ha liberado de tabúes en torno a la sexualidad y recibimos más consultas de temas íntimos, en muchos casos porque provocan complejos”, señala la ginecóloga. Estas intervenciones resuelven problemas congénitos o adquiridos por un traumatismo o provocados tras el parto. “Hay mujeres que desean una cirugía porque sufren dolor, tienen malestar o están acomplejadas”. Entre la cirugía más demandada destaca la de estrechamiento de los labios menores. Una de cada diez mujeres presenta labios asimétricos que llegan a mermar la autoestima, además de generar problemas funcionales. Es frecuente el estrechamiento vaginal de mujeres que han tenido varios hijos y cuya vagina ha quedado distendida e incluso desgarrada o más holgada. “Las consecuencias del parto a largo plazo pueden producir incontinencia urinaria, prolapso o amplitud vaginal y esto hace disminuir el placer o que haya dolor y para solucionarlo hay una cirugía”, indica la doctora.
Las intervenciones más frecuentes son la ninfoplastia, o reducción de los labios menores; la vaginoplastia o estrechamiento de la vagina y la himenoplastia o reconstrucción del himen. En este caso la intervención está ligada en la mayor parte de los casos a condicionantes culturales y religiosos que obligan a las mujeres a llegar vírgenes al matrimonio.
También es necesaria una intervención en el desgarro producido por piercings en la zona genital que provoca pérdida de sensibilidad y que puede generar infecciones o heridas graves. Otras intervenciones más leves son la eliminación de quistes sebáceos y verrugas genitales.